Algún día le voy a contar a mis hijos la historia de dos chicos que viajaron a Palermo en tren. Cuando estaban volviendo, ella le dijo a él que el tren iba a chocar y se iban a morir, y él le creyó pero la trató de tranquilizar diciéndole que no, mientiéndose a él mismo. Y se abrazaron muy fuerte todo el viaje. Asustados, pero felices, porque si sus vidas hubieran terminado en ese momento habrían muerto juntos y se amaban.
El tren no chocó y se bajaron en su correspondiente estación, pero cuando el tren arrancó para la estación de Sáenz Peña tuvo un accidente con los fusibles y explotó. Ella tenía en parte razón como siempre, y el la contradecía sabiéndo que ella tenía razón como siempre.
Hoy me hubiera encantado que yo y Sonora nos hubiésemos quedado en ese tren, pero yo no sé que va a pasar mañana negra, y vos?
- Menos
- Entonces no te hagás mala sangre