A contraluz
Las calles te adoran, torpe luciérnaga
entre los pliegues de su noche, quién te espera
qué va a pasar cuando no puedas actuar
qué va a pasar cuando vuelvas a brillar.
Ya no es de noche, te das cuenta
durante nuestro día, no eres más que una ciérnaga
que de tan encandilada se olvidó cómo brillar
fuimos murciélagos, fuimos muchas cosas dirás.
A contraluz el sol me mira, se filtra entre tus cabellos
se filtra por tus ojos, tu cerebro
semejante esfuerzo, patético emprendedor
quien jamás te comprendiera, maldiga a su estafador.
Maldiga a su dios, por tan poca comprensión
maldiga a todos los santos, maldígate a vos
porque cuando uno no entiende, lo más fácil es temer
y por eso ya no temo, me abstengo de romper
las hediondas cadenas que me atan, a tan patética amistad
porque nunca existieron, nada fue veráz.
Deberías saberlo, creyéndote tan capaz,
Creyendo que por hilar palabrás éstas entenderás
Deberías saber más que nada
Ya no es el sol el que mira
con su sulfurante calor como dagas
como mentiras escondidas
entre los pliegues de su falda.
Sino son dos lagos
cuatro paredes y un techo,
todo aquello
que alguna vez
creímos llamar
casa.